DOHA.-  Qatar prohibió la venta de cerveza en los estadios de la Copa Mundial, un giro de última hora en el acuerdo que el emirato musulmán pactó para asegurar la sede del torneo.

La decisión puso sobre relieve la tensión que rodea la puesta en escena del Mundial —que no es sólo una competición deportiva sino una auténtica fiesta de todo un mes— en un país autocrático donde la venta de alcohol está muy restringida.

También es un duro golpe para Budweiser, la cerveza oficial del Mundial, y suscita cuestionamiento sobre el verdadero control que tiene la FIFA sobre su torneo.

Cuando Qatar presentó su candidatura por la sede, el país aceptó el requisito de la FIFA de permitir la venta de alcohol en los estadios, pero los detalles recién salieron a la luz en septiembre, a 11 semanas del primer partido, poniendo en evidencia cuán tirantes han sido las negociaciones.

El comunicado que la FIFA divulgó sobre el cambio de planes indicó que se seguirá vendiendo cerveza sin alcohol en los ochos estadios y en los 64 partidos.

Se podrá servir champaña, vino, whisky y otras bebidas alcohólicas en las zonas para personalidades de los estadios. Fuera de esos espacios, la cerveza de Budweiser era el único tipo de alcohol habilitado para los compradores de boletos.

Pero la vasta mayoría de la gente con boletos no tiene acceso a esas área. Podrán beber cerveza con alcohol por las noches durante el llamado FIFA Fan Festival, una zona de fiesta que ofrecerá músico en vivo y otras actividades.

Fuera de esos espacios, Qatar ha impuesto estrictos controles sobre la compra y consumo de alcohol, aunque se permite la venta en los bares de los hoteles desde hace años.

Tras las conversaciones mantenidas entre las autoridades del país organizador y la FIFA, se ha tomado la decisión de centrar la venta de bebidas alcohólicas en el FIFA Fan Festival, otros lugares de encuentro de los hinchas y los locales que dispongan de licencia para ello, y eliminar los puntos de venta de cerveza del perímetro de los estadios”, indicó la FIFA en un comunicado.

Al trascender la noticia, Budweiser publicó un tuit en el que manifestó desconcierto: “Bueno, esto es incómodo” sin entrar en detalles. El tuit fue borrado poco después

Ab InBev, dueña de Budweiser, reconoció en un comunicado que algunos de sus planes “no podrán seguir adelante debido a circusntancias fuera de su control”.

La compañía con sede en Bélgica desembolsa decenas de millones de dólares en los mundiales por los derechos exclusivos de vender cerveza y ya había transportado la mayoría de su producto, de Gran Bretaña a Qatar, con la expectativa de venderlo a millones de aficionados. El contrato de la compañía con la FIFA comenzó a partir del torneo de 1986 y las partes mantienen negociaciones con el fin de renovar el acuerdo para el próximo Mundial en Norteamérica.

Si bien una decisión súbita como esta podría ser considerada como extrema en Occidente, Qatar es un autocracia gobernada por un emir que tiene poder absoluto en todas las decisiones gubernamentales.

Gracias al gas y el petróleo, Qatar es uno de los países más ricos del mundo. Sigue el wahabismo, una forma ultraconservadora del islamismo, al igual que su vecina Arabia Saudí.’El gobierno de Qatar y su Comité Supremo de Organización y Legado no respondió de inmediato a un pedido de comentarios.

La cita en Qatar modificó la fecha del primer partido apenas unas semanas antes de la inauguración.

Cuando Qatar lanzó su candidatura para obtener la sede del Mundial, el país aceptó los requisitos de la FIFA para vender alcohol en los estadios. También lo hizo cuando firmó los contratos tras imponerse en la votación en 2010.

En el Mundial de Brasil 2014, el país anfitrión se vio obligado a aprobar una reforma de sus leyes con el fin de permitir la venta de alcohol en los estadios.

Ronan Evain, el director ejecutivo de Football Supporters Europe, una red de aficionados europeos al futbol, señaló que la decisión de prohibir la venta de cerveza en los estadios era “extremadamente preocupante”.

Para muchos aficionados, ya sea porque no beben cerveza o están acostumbrados o hay ley seca en los estadios de sus países este es un detalle. No cambia nada el torneo”, escribió Evain en Twitter. “Pero nos encontramos en un territorio peligroso — en que las ‘garantías’ ya no valen”.

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