PEKÍN.- China ha vuelto a marcar un nuevo logro en la carrera espacial al conseguir que la primera nave que envía a Marte haya ingresado en su órbita, tal y como han confirmado fuentes de la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) a través de la red social Weibo. La maniobra ha sido llevada a cabo de forma autónoma por los ordenadores de abordo, ya que el retraso de diez minutos en las comunicaciones impiden que la sonda pueda ser guiada directamente por ingenieros terrestres.
La misión “Tianwen-1”, que significa “Preguntas al Cielo” en referencia a un poema del autor Qu Yuan (que vivió en torno al 340 y el 278 a. C.), despegó el 23 de julio de 2020 en un cohete Long March 5 desde el centro espacial de Wenchang (China). La nave, de unas cinco toneladas, recorrió casi 500 millones de kilómetros hasta la órbita marciana y hace unos días enviaba la primera imagen del planeta rojo para hacer gala de la potencia de sus cámaras: una fotografía en blanco y negro a 2.2 millones de kilómetros en la que ya se apreciaban formaciones geológicas en nuestro vecino.
Con el secretismo que caracteriza a sus misiones, al contrario que Emiratos Árabes -que llevó a cabo un vistoso espectáculo para celebrar su éxito este martes, retransmitiéndolo en ‘streaming’- o Estados Unidos, -cuya misión “Mars 2020” se conoce desde hace meses intentará la maniobra de aterrizaje el próximo jueves.
China no reveló la fecha exacta en la que se llevaría a cabo la maniobra de inserción en la órbita marciana, tan solo que sería “en torno al día 10 de febrero”, si bien unas horas antes se anunció que se retransmitiría en directo por el canal de la agencia de noticias china CCTV4.
La nave encendió uno de sus motores para llevar a cabo “una corrección orbital” el viernes y se esperaba que disminuyera la velocidad hasta los 20 mil kilómetros por hora para ser “capturada por la gravedad marciana”, de forma similar a lo que ocurrió ayer con la sonda emiratí ‘Hope’.
La nave guarda en su interior un aterrizador, un rover y un orbitador. Será este último el que a partir de ahora analice el terreno con una cámara de alta resolución para decidir cuál es el lugar más propicio para el aterrizaje -previsiblemente a principios de mayo- en algún lugar de Utopia Planitia, una llanura del hemisferio norte que además se cree guarda una enorme reserva de agua helada en el subsuelo.
Si la operación, calificada de alto riesgo (60% de las misiones enviadas a Marte han fallado hasta ahora), tiene éxito, el rover operará al menos durante 90 días marcianos (poco menos de tres meses terrestres) para estudiar la geología de nuestro vecino, la distribución de agua helada en la superficie, la ionosfera y el clima, además de colocarse como una de las mayores potencias espaciales, ya que habrá conseguido con su primer incursión en Marte ser el segundo país en colocar un rover sobre la superficie marciana.
La misión Tianwen-1 es el primer paso para que el país lleve a cabo de forma independiente la exploración interplanetaria”, afirman desde la Administración Nacional del Espacio de China (CNSA).