Putin se perpetua en el poder

MOSCÚ.- Los rusos aprobaron enmiendas a la Constitución que le permitirán al presidente, Vladimir Putin, retener el poder hasta 2036, pero el plebiscito de una semana, que concluyó ayer, fue empañado por reportes generalizados de presiones sobre los votantes y otras irregularidades.

De acuerdo con la Comisión Electoral Central de Rusia, 77.6% de los rusos sufragó en favor de las enmiendas constitucionales.

Por primera vez en Rusia, los centros de votación se mantuvieron abiertos durante una semana para estimular la participación y evitar las aglomeraciones en medio de la pandemia del coronavirus, una disposición que los críticos del Kremlin consideraron una herramienta adicional para manipular el resultado.

Las enmiendas que le permitirían a Putin postularse a otros dos mandatos, en 2024 y 2030, forman parte de un paquete de cambios constitucionales que también declaran ilegales los matrimonios entre personas del mismo sexo, mencionan que “creer en Dios es un valor central’’ y hacen énfasis en la primacía del derecho ruso sobre las normas internacionales.

Los electores no podían votar por cada enmienda en particular, sino en conjunto.

Se reportó que a nivel nacional participó 65% del electorado.

El principal opositor al Kremlin, Alexei Navalny, calificó de “enorme mentira” los resultados de la votación.

Además, exhortó a sus partidarios a movilizarse para las elecciones regionales de septiembre.

Grigory Melkonyants, codirector del grupo observador independiente Golos, comentó: “Observamos las regiones vecinas y las anomalías son obvias: hubo regiones en las que la participación fue (inflada) artificialmente, hay regiones donde es más o menos la real’’.

Putin, de 67 años, votó en una casilla de Moscú, cumpliendo con el requisito de identificarse con su pasaporte ante una trabajadora electoral. Traía el rostro descubierto, a diferencia de la mayoría de los votantes, a los que se les ofrecían cubrebocas gratis a la entrada de las urnas. La votación corona una compleja saga que comenzó en enero, cuando Putin propuso por primera vez enmiendas constitucionales, incluyendo ampliar los poderes del Parlamento y redistribuir la autoridad entre las diversas ramas del gobierno.

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