CIUDAD DE MÉXICO.- La ausencia de las mujeres se notó y mucho. A lo largo y ancho de México, millones de mujeres no se presentaron a trabajar o simplemente no llevaron a sus hijos a la escuela, como una forma de protesta por la violencia que las afecta.
“Un día sin mujeres” marcó al país con un hecho sin precedentes, tanto que fueron miles las escuelas que no trabajaron y también miles los negocios que no abrieron o por lo menos recortaron sus horarios.
Las principales calles de casi todas las ciudades de México lucieron casi vacías.
El llamado “Un día sin mujeres” obligó a cerrar en la Ciudad de México varias casetas para la venta de boletos, los vagones exclusivos para mujeres lucieron casi vacíos y en las calles ocasionalmente se veían mujeres, pero sólo aquellas que se dirigían a trabajos en los que los patrones no quisieron darles el día o dependen de la venta de sus productos.
La conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador se desarrolló con espacios vacíos debido a que las periodistas se sumaron al paro.
La idea era tornarse invisibles por un día a fin de que compañeros de trabajo, jefes, novios, esposos y, en algunos casos, los hijos, sientan el impacto de su ausencia. Algunas incluso anunciaron que se alejarían de las redes sociales hasta el martes.
Tiendas de grandes cadenas decidieron recortar su horarios o hacer intervalos para dar oportunidad a sus empleados varones a reordenar las mercancías o descansar un poco pues la carga de trabajo se multiplicó.
En Nuevo Laredo, al menos en un centenar de escuelas no hubo clases y en las que las hubo, apenas acudió menos de la mitad de los alumnos.
Agencias aduanales y muchas maquiladoras decidieron justificar a las mujeres que decidieran no asistir y otros negocios definitivamente no abrieron.
En los bancos de todo el país, se resintió la falta de mujeres, pues la atención era lenta, dado que la mayoría de las empleadas son damas.